quinta-feira, 22 de março de 2012

Fue una larga noche



La noche es muy larga y alucinante. Solo en su cuarto, mirando la oscuridad, Arthur siente la falta y la distancia de Hellen. Su cuerpo no está junto a ella. Sin embargo, el perfume y el calor se disemina por la habitación.

Sí. La noche es larga. Arthur no tiene los hermosos y sedosos cabellos de su bella al deslizamiento de sus manos . No tiene los abrazos y los besos.

La noche es fría y camina en despacio, y Arthur ya no es Arthur, pero Ulises. O Odiseo. Y ahora Hellen – que duerme un sueño profundo en otra habitación – es Penélope, una representación de la fidelidad conyugal.

La noche es lento, pausado y lánguido. Arthur palpa la pared al encuentro del conmutador. No hay ninguna luz eléctrica. Todavía sigue palpando hasta llegar a la ventana. Abre la ventana y mira la luna brillante. “¡ Yo me gusta mucho besar Hellen a la luz de la Luna!”, dijo él a la luna. Pero ella no está allí. Y él siente un temblor en su cuerpo.

“¿ Por qué estoy tan solo?”

No tiene ninguna respuesta. La Luna ya no tiene más gracia. Escucha los aullidos del lobo, y recuerda la Loba de la Estepa, la propria Hellen. “¿No debería estarse en su casa, durmiendo?” Cuando dejó el hospital, los médicos advirtieron mucho reposo. “¿ La Loba se está vagando por la noche?”

La noche ha sido muy lento. Y las horas también . Esas horas de expectación son similares a los diez años de Ulises, lejos de Penélope.

Arthur no tiene otra opción. Cierra la ventana y se va a la cama. Él no duerme. La cama es frío. Él se revuelve en la cama sin Hellen. Vuelve y revuelve, en la larga noche.

El sonido de radiodespertador es alto e intenso, así como la emoción del amanecer es intensa. Ahora Arthur he feliz porque la noche se fue, y ahora puede encontrarse con su amor.
Arthur sale de la cama, se va al baño, y vuelve rápidamente al cuarto, viste su ropa y se va al encuentro de Hellen, repitiendo innúmeras veces: “¡ Fue una larga noche!...”

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