domingo, 8 de novembro de 2009

Juntitos lunes, martes, miércoles... pero el sábado nos encanta siempre



Sábado 10 de enero. Tu venías tan deslumbrante despacio en mi dirección. Me llamó la atención ya de lejos por la sensualidad de caminar y su piel morena. Cuando estaba cerca pude veír la sonrisa sorprendente. Tus ojos pequeños y de muchos secretos me fascinaron.

Fuimos presentados. De pronto olvidé mi timidez que jamás tuve, para invitarla a salir. De pronto nos conocemos más, mucho más. Nuestros gustos: literatura, cine, teatro, gastronomía, los bares, los besos, la noche y la luna.

Fue en el sábado 10 de enero cuando empezó ese “carpe diem” de nuestro amor. Primero presentación – como ya dijo –, el encuentro en la Ciudad Baja y después en apartamiento con todas las locuras del amor poético, salvage, pero muy terno.

Y así las cosas ocurrieron con una vehemente energía. Besos y más besos, confesiones, decubrimientos, deseos, pimientas, salsas blancas, viños, Cortázar, mate, leer-besar-leer...

Con leer-besar-leer nos fuimos más adelante. Tenemos noches de insomnio, carícias, secretos y fantasías, y hacemos el amor más precioso y bello.

Todo eso es una muestra del amor latente que nos mantenemos despiertos, teniendo un desenlace de nuestra história feliz. Por eso estoy de acuerdo con tus encantadoras palabras: juntitos lunes, martes, miércoles... pero el sábado nos encanta siempre.

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